Han sido muchas que han destacado como la pesadilla americana y luchador de WWE Cody Rhodes hacia su flamante regreso en el PPV WWE Royal Rumble. Una entrada apoteósica delante de más de 50.000 personas con las que llegó a vibrar con un sueño único.
Un legado familiar
Wrestling is more than one royal family. Estas son las palabras con las que acompaña siempre a su entrada. Con varios kilos de pirotecnia que anuncian su entrada y el humo que todos estaban imaginando con su posible victoria.
Muchas eran las posibilidades, pero finalmente recuperado de una grave lesión pudo cumplir una palabra que llevaba prometiendo durante más de un mes. Un sueño que se cumple y que acierta de forma creativa ya que este puede ser el año en el que cumpla su palabra y rinda tributo a toda su familia.
Una familia llena de grandes luchadores que han asombrado décadas dentro de la WWE. Desde su padre Dusty, al que le hacen homenajes dentro de la marca de desarrollo hasta Goldust. Uno de los personajes mejor trabajados y plasmados en pantalla.
Un legado que pesa mucho y que tuvo que cargar en la espalda un Cody que en sus palabras reflejaba la frustración y desesperación de los años anteriores en los que siempre fracasaba. Por activa o por pasiva haya donde fue siempre quiso ser la cara, pero nunca tuvo esa oportunidad. Un campeón necesita más que razones para serlo.
La oportunidad
Pocas veces en la WWE se ha visto tan claro como un hombre debe ser el elegido. Llega desde la competencia y tras ganar a uno de los mayores enemigos de Roman y figura del escudo. Busca redimirse de sus cenizas y poder tumbar al jefe tribal y cabeza de la mesa.
Ahora para Cody llega el nivel más complicado. Un hombre consagrado y que no tiene miedo a nada ni nadie. Si hace falta rompe sentimientos y sueños por mantener en esa cintura unos campeonatos que perduran junto a él desde hace cientos de días.
Una batalla que se irá al terreno psicológico ya que son dos familias repletas de leyendas que han marcado época dentro de la WWE. Ahora el público tendrá que decantarse por el sueño que recorre por todos los fanáticos de un hombre renacido. O por el contrario la longevidad y el sacrificio de un Roman que los ha puesto a todos en su lugar.
El tiempo dirá, faltan menos de 60 días para verlos juntos en el medio de un ring. El combate más interesante desde hace mucho tiempo. Ambos son presente y futuro de WWE.
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