No era un combate más, era el combate. Lo sabían tanto el campeón como el luchador de WWE Drew McIntyre. Un hombre condenado a ser el segundo de la fila tras no conseguir su gran objetivo, ser el gran campeón de WWE con público de por medio. No es casualidad que el resultado del combate se haya visto interrumpido por unas negociaciones que siguen sin llegar a buen puerto.
No es el primer luchador con talento de sobra para ser la cara de la empresa que ha sido mal utilizado por parte de los creativos de la empresa. No se entiende su estatus actual, una oportunidad de oro que recordaba a su momento en Cardiff con más de 60.000 personas creyendo feacientemente la posibilidad de victoria cortando la racha de Roman Reigns.
Un colapso de estrellas
Un talento que se ha conseguido reinventar y que ha trabajo día y noche para regresar a la WWE. En ocasiones se cometen errrores imperdonables, pero uno mismo se permite una segunda oportunidad para redimirse de sus fallos para lograr un objetivo por el que lleva luchando día tras día. Drew es el ejemplo claro de trabajo por y para triunfar en la WWE.
Un sueño junto al de ser campeón que iba encuadrado en su espada de lanza para triunfar en el PPV WWE CROWN JEWEL. Una identidad única que vive por y para triunfar y ser el foco de atención. Todo ello se le ha visto negado en los últimos tiempos. Siempre algo lo frena, en un momento fue Roman Reigns y ahora la otra pieza de la ecuación, Seth Rollins.
Pero no es todo, su historial está lleno de decepciones y lo más probable es que pueda revertir la situación para tener una nueva oportunidad. El luchador ha tocado fondo en el combate y todos los presentes lo sabían. Salir del ring sin mirar a tu rival o el título entendiendo que han sido mejores que tú cambia el paradigma en el luchador.
Será Drew el que falla, sus decisiones, el momento, no estará preparado para ocupar el puesto. Son muchas las preguntas que rodean la órbita de un luchador que ha tenido en vilo a WWE durante la pandemia. No por el posible error, por la responsabilidad que quiso cargar en sus espaldas y responder en el peor momento de este siglo en la empresa.
La respuesta
Está claro, esto no ha sido el final de la historia con Rollins. Esto es el principio, un cambio de personaje necesario para dar un golpe de realidad a su historia en la empresa. Se está cansando de verse como alguien bueno delante de las cámaras, pero el verdadero Drew es aquél que vimos destrozar rivales y luchar creyendo siempre ser superior al resto.
Es el luchador que se necesita para derrocar un reinado que tiene al pueblo aclamando a viva voz un campeón que está cumpliendo con creces. No se puede quedar de lado esta oportunidad para potenciar a la antítesis de Rollins en la empresa. Carne de campeón capaz de ganar de cualquier forma y sin importar el daño físico y psicológico.
Una retirada a tiempo se dice que es una victoria, pero siempre queda una revancha que puede cambiar el paradigma de la rivalidad. Un luchador dogmático no tendría la capacidad para reponerse ante una situación traumática, pero Drew siempre vuelve y es así como podemos esperar ver una versión nueva capaz de ser de nuevo campeón de WWE y la cara de la empresa. Si no se toma esta decisión, me temo que en 2024 estaremos disfrutando de los últimos combates del luchador con la empresa.
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