Para empezar de esta manera el año, solo han podido ocurrir dos cosas, mejorar la calidad de los combates, programa y llegar a dar a la gente lo que ellos desean. Era la primera prueba de fuego, y ha sido superada con creces.
En cambio, el año pasado las rivalidades estaban más argumentadas, hubo más tipos de combates, sobretodo triple amenazas y aparecían luchadores que actualmente se encuentran lesionados.
Combates titulares
Esta vez, las rivalidades llegaban a su punto álgido, tras tener sus menos y mases el año pasado, esta vez era el momento de darlo todo. Los luchadores tenían diferentes aspiraciones para lograr sus respectivos retos, algo que no les ocurre a todos durante el año.
Asuka volvía a sacar su mejor versión en el combate contra Becky Lynch para demostrar que es campeona por algo. Hizo rendirse a The Man, que no pudo ante la calidad de la japonesa, que el año pasado ganó la Batalla Real y este año retiene el título.
El año pasado era la ganadora del primer Royal Rumble femenino, en el que llevaba cosechando el récord de seguir invicta como luchadora. Su objetivo era Charlotte Flair, esta vez será defender el título.
The Bar volvía a caer de una manera humillante, esta vez contra Shane McMahon y The Miz, que parecía un experimento sacado de una caverna. Supieron tener una buena compenetración que los llevó a la victoria.
En 2018 buscaban los títulos de Raw, en los que Rollins y Jordan tras no entenderse bien cayeron ante un Bar que en ese momento se coronaba como cuarta vez campeones por parejas, llegarían a WrestleMania como campeones.
Ronda Rousey estuvo en su momento más difícil como luchadora de WWE, la jefa Sasha supo llevarla hasta el límite, pero no iba a caer en un evento tan importante, le falto muy poco para conseguir el título, pero los pequeños errores no te llevan a la victoria.
Hace justo 1 año se estrenaba dentro de la WWE, tras muchos rumores que hablaban de su unión a la empresa más grande de la lucha libre. Al final del evento entró, para amenazar a las campeonas femeninas de Raw y SmackDown.
Daniel Bryan junto a su guardaespaldas Erick Rowan supo vencer a un Styles que tras verse en las trampas de el campeón no llego a controlar la situación y así lo pago. Otra derrota ante un Bryan que cada día consigue más éxitos.
El año pasado ni se le esperaba en los cuadriláteros, sino en los despachos, ya que era el gerente general de la marca azul, en la que tenía que estar preocupado en todo lo relacionado con su marca y lo que le mandará Shane McMahon.
Brock Lesnar no falló otra noche más, utilizo todo su arsenal para poder acabar con un Balor que parecía indestructible, ágil y duro para conquistar el título. Tras tener ya tumbado a Lesnar, cometió un grave error, confiarse. Una llave de pinfall hacia que se rindiera.
El pasado año, tenía un reto mayor, una triple amenaza junto a el demonio rojo Kane y el monstruo entre hombres llamado Braun Strowman, se comió alguna mesa de comentaristas pero ganó el combate.
Batallas Reales
Por primera vez en treinta y pico ediciones de Royal Rumble, nunca habíamos podido ver una igualdad en cuanto a calidad en un tipo de combate tradicional que no entiende de sexos. Se pudo ver, en el evento que protagonizaron 60 luchadores.
Las mujeres fueron las que más sorprendieron, dese el primer minuto se vio una competitividad muy evidente, marcaron el nivel del evento. Fueron un claro ejemplo para el masculino y la más destacada en el combate fue Charlotte Flair.
En la primera edición se esperó ver a bastantes leyendas femeninas, ya que todas querían ser recordadas como las primeras en participar, y sabían que podían tener alguna posibilidad de ganar.
El masculino llegaba después de alucinar con el femenino, lo malo fue que se esperaba más de lo que se pudo ver, se esperaban más sorpresas de estrellas revelaciones o de algo que causará un terremoto en el coliseo.
La WWE apostó por los nipones para hacer la industria más cercana a las tradiciones japonesas, este año fue muy distinto, pero en el pasado hubo una lucha entre las leyendas y los recambios en la empresa.