Desde su primera aparición en la empresa durante el PPV de Royal Rumble, el cantante puertorriqueño, Bad Bunny, ha acercado el producto de WWE a nuevos espectadores. La estrategia de Vince McMahon era clara, apostar por una figura mediática y conocida mundialmente para que fuera uno de los reclamos principales en el evento más importante del año, Wrestlemania.
Bad Bunny causó gran impacto en WWE
Tradicionalmente, las celebridades que aterrizan en WWE suelen llamar mucho la atención de la audiencia, pero luego hace falta ver como se desenvuelven en el ring, la tarea más difícil de todas. Uno de los últimos precedentes es el de Ronda Rousey, luchadora de artes marciales mixtas y estrella de la UFC, que en su segundo año en la empresa llegó a protagonizar el main event de Wrestlemania 35 junto a Becky Lynch y Charlotte Flair. El caso de Rousey es uno de los claros ejemplos de la estrategia que WWE sigue para contar con celebridades y llevar así su producto a potenciales espectadores.
Volviendo con Bad Bunny, al poco de aparecer en WWE ya se convirtió en la figura con más ventas de merchandising, superando a las estrellas principales de la compañía. Ese dato es la evidencia de lo que ha generado el artista en el poco tiempo que ha estado en la empresa. Debutó en la noche 1 de Wrestlemania 37 haciendo pareja con Damian Priest y venciendo al tándem de Miz y Morrison, erigiéndose como la principal sorpresa de la noche y dejando grandes momentos sobre el cuadrilátero del Raymond James Stadium.
Su actuación en Wrestlemania le abre a WWE la posibilidad de contar con él para futuras ocasiones y seguir llevando su producto a nuevos públicos, teniendo en cuenta la gran popularidad y repercusión mundial de la que goza el cantante entre jóvenes y no tan jóvenes.
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