Bobby Lashley tiene que abandonar WWE. Podría plantear diversas formas en las que podría ser manejado hasta ser llevado a un plano relevante, pero todas las opciones son poco realistas tomando en cuenta el contexto tan pobre en el que se encuentra la escritura de historias en la WWE actual.
Bobby Lashley es un monstruo, un atleta increíble, pero no tiene micrófono y no tiene carisma. Ese combo es todo lo que en la WWE contemporánea te lleva al fracaso. En las condiciones apropiadas Bobby Lashley tendría posibilidades de ser un estelar en cualquier empresa, y eso incluye WWE. Lo que pasa es que es uno de esos luchadores que requiere ser apoyado con buenas historias y un manejo que vaya acorde con todo lo que lo engloba como personaje. No es de esa clase de luchadores que puede soportar algunos meses en la nada como Dolph Ziggler o The Miz, porque él por sí solo no tiene la capacidad de sostenerse como una pieza relevante y mantenerse en el radar del público. Y es que la irrelevancia del medio cartel no le va nada bien a Bobby Lashley.
El hombre es un atleta de primera, su forma de aplicar sus moves es tremenda y tiene muchas cualidades que lo vuelven un excelente estelar, o al menos uno funcional, pero el problema es que también posee demasiadas carencias que lo convierten en un muy mal midcard, y eso en WWE es la muerte. En WWE tienes que aprender a sostenerte aunque no estés en el foco principal, porque a menos que seas Roman Reigns, algún día vas a pisar el medio cartel, y eso es algo que Lashley nunca supo y nunca va a saber hacer.
Bobby Lashley no aguanta fuera de su zona de confort
Personajes como John Cena o Seth Rollins son el mejor ejemplo de esto. Por su propia cuenta, aunque puedan recibir un mal manejo, logran brillar hasta sentirse aún más relevantes que los verdaderos estelares. Gente como The Miz es interesante esté en la posición que esté. Y es porque son luchadores todoterreno que tienen picos altos de desempeño en campos muy diversos. Micrófono, calidad in ring, selling, timing, histrionismo, carisma. Multifuncionalidad que es una habilidad indispensable en estos tiempos. Mientras que Bobby Lashley solo tiene su calidad sobre el ring, y aunque posee una capacidad interpretativa decente, esta es limitada y solo le da para el personaje de monstruo destructor al más puro estilo Lesnar.
Y eso no es suficiente, y menos si en el medio cartel tienes asegurado un pase a mal manejo creativo. Y lo peor es que ni siquiera necesitamos que llegara al medio cartel para darnos cuenta de todo esto. La rivalidad con Reigns fue todo lo que Lashley necesitó para que nos diéramos cuenta de que en WWE solamente sería desperdiciado. Y no por perder la rivalidad con el Gran Perro, sino porque vimos que ni siquiera en las estelares, que son su terreno natural, sería bien manejado.
La única oportunidad que tiene Lashley para ser relevante de nuevo es pasar a heel. Porque por más físico que lo vuelvan en sus siguientes rivalidades, es solo como un heel destructor cuando puede sacar a flote lo mejor de sí mismo. Prueba de ello es que en Impact Wrestling lo vimos convertido en una bestia, y uno de los performers más entretenidos de ver. Su registro no era variado, e incluso calificaba como limitado, pero lo que sabía hacer, lo sabía hacer muy bien. El problema es que convertirlo en heel sería una solución temporal para llevarlo a los planos estelares de nuevo, y cuando su historia se viese finalizada, volvería al mismo sitio que antes. WWE no tiene la capacidad para ofrecerle a Lashley lo que necesita, porque los recursos y atención de historia/personaje que el luchador afroamericano requiere, están reservados para Roman Reigns, para Brock Lesnar, no para él.
Lashley va a seguir mendigando rivalidades y perdiendo reputación en WWE mientras siga en la empresa, porque sus necesidades no son algo que WWE pueda solventar. Su única opción es largarse de ahí o vivir en la eterna irrelevancia. Ya en su primer recorrido sufrió lo mismo que está sufriendo ahora, y si antes, con un mejor manejo y un contexto más favorecedor, fracasó, en esta nueva oportunidad solo un milagro podría salvarlo.
No es tanta cuestión de incapacidad por parte de Lashley, es cuestión de incompatibilidad con el producto que WWE pretende ofrecer. Lo estamos viendo con otros personajes como Nakamura, Asuka, Bobby Roode, etc. Gente con una capacidad extraordinaria, pero sin la dinámica para sobresalir en condiciones que no están dentro de su área de fortalezas. La situación con Bobby Lashley va más allá de algo que él pueda controlar. Lo mejor que puede hacer es irse de la empresa.
Por Daryl Bathory
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