Drew McIntyre era el campeón que merecíamos
Drew McIntyre logró en Wrestlemania el reconocimiento máximo para un luchador a nivel profesional, el campeonato mundial de la WWE.
Lo hizo nada más y nada menos que sometiendo a uno de los campeones más dominantes de todos los tiempos, Brock Lesnar. “La Bestia” sucumbió finalmente ante el poderío físico del escocés, que llegaba al magno evento en un estado de forma envidiable.
Desde entonces, McIntyre no ha hecho otra cosa que cargar con el peso de la compañía a sus espaldas, manteniendo feudos con algunos de los mejores luchadores de WWE. Seth Rollins, Bobby Lashley, Andrade e incluso Randy Orton han sido víctimas de la letal “Claymore” kick.
Drew McIntyre ha demostrado haber mejorado en muchos aspectos, no solo con el micrófono, sino también ampliando su repertorio de golpes, lo que le ha permitido dar combates de muy alta calidad.
Esto no solo ha convertido a su reinado en uno de los mejores de los últimos años, sino que ha permitido lucirse a otras superestrellas como Lashley, cuya carrera parecía a la deriva tras la storyline con Rusev (ahora Miro en AEW) y Lana.
Drew McIntyre está pagando haber domado a la Bestia
Lo cierto es que McIntyre ha tenido que cargar con el peso de ser excesivamente dominante. Es una especie de maldición que recae sobre todo aquel que vence a Brock Lesnar. ¿Quién será capaz de destronar a aquel que sometió a la Bestia?
Precisamente, esto es culpa de los creativos de WWE, que construyeron el personaje de Lesnar y lo elevaron hasta convertirlo en “El gran campeón”, al que solo podían vencer unos pocos elegidos.
Justo por eso, todos nos quedamos un poco extrañados cuando vimos cómo Drew sufrió su primer conteo de tres el lunes pasado en RAW. ¿Alguien se acordaba de cuándo fue noqueado por última vez el escocés? ¿Es suficiente un RKO para tumbar a alguien que ha llegado a aguantar tres F-5? Drew no sufría una cuenta de tres desde Survivor Series 2019, a manos de (quién si no), Roman Reigns.
El retorno (necesario) de The Big Dog
¿Por qué hablamos ahora del samoano? ¿Es coincidencia que la primera derrota de McIntyre coincida con el regreso a la cima de “The Big Dog”? Desde mi humilde opinión, por supuesto que no.
WWE no puede permitirse tener dos campeones mundiales que sean tan dominantes, le quitaría toda la emoción a la escena titular. Es muy triste decir que WWE no ha sabido bookear a auténticos talentos que ahora ni siquiera destacan en la escena midcard, pero es así.
En SmackDown no queda nadie con credibilidad suficiente para arrebatarle el campeonato a Reigns. Tendrá un reinado largo potenciando a rivales como Jey Uso, inédito hasta el mes pasado como luchador individual. Su rivalidad en términos destorytelling está siendo excelente.
Un final a la altura para Drew McIntyre
El momento de McIntyre debe acabar, quién sabe si a manos de Randy Orton o con un canjeo del MITB si finalmente lo pierde Otis. Es la única manera de reavivar a la marca roja, que desde hace ya un par de meses es la peor de las tres con diferencia.
Quizá un reinado de un luchador heel como Randy Orton, que además entiende el negocio mejor que nadie, pueda ayudar a relanzar las carreras de otras superestrellas que andan sin rumbo por el main roster.
En cuanto a Reigns, por fin se ha convertido en la cara de la empresa, incluso con un heel turn sigue siendo quien acapara los focos y quien ocupa los carteles promocionales.
Ojalá le veamos campeonar hasta Wrestlemania, donde podría enfrentar a The Rock o incluso al mismísimo McIntyre para darnos un clásico como guinda para este excelente reinado.
Son todo suposiciones de un humilde servidor, todo parecido con la realidad será mera coincidencia. Seguiremos en manos del equipo creativo de WWE.
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