Han sido muchas las noticias de WWE que han destacado una de las mayores traiciones vistas en los últimos años dentro de la empresa conducida por Sami Zayn. Algo que pone en tela de juicio el futuro de Bloodline ahora que hay problemas sin solución.
La empatía de Jey
Jey Uso se ha convertido en uno de los luchadores más expresivos de toda la agrupación. Tanto es así que todas las semanas podemos entender lo que siente. No rehúye ninguna pelea y siempre pone los intereses de Roman por los suyos.
Pero últimamente ha visto como hay una figura, un ángel de la guarda que procura por su seguridad y así lo ha demostrado en cada defensa de los campeonatos por parejas. Un hecho que justifica para poder escuchar a Sami.
El luchador con el que retenía los títulos ante Jugdment Day. No ha podido entender las razones de su amigo para atacar al líder de la facción. Ante el riesgo de una rebelión, Roman se ha encargado de apagar cualquier chispa.
Reconocer al jefe tribal
Jey y Roman han tenido problemas similares desde el inicio del reinado. Un personaje sólido que pretendía que toda su familia lo reconociese como el verdadero campeón y la cara de la empresa. No en vano tuvieron una lucha en jaula de acero.
Problemas mutuos que parece que salen a la luz después de dos años en los que la relación había sido impecable. Un suceso que pone en tela de juicio la confianza entre los miembros del linaje. Ahora que están en lo más alto solo pueden perder más que ganar.
El ego de Roman y las difíciles personalidades de los primos samoanos confrontan con los actos de traición cometidos por el propio Sami. Pedía disculpas a Jey y este se podía sentir identificado por todo lo sucedido en el combate.
Un hombre de confianza
Sami siempre ha estado a su lado. Le ha hecho favores en cuánto ha podido. Una mano tendida desde el día uno que puede ser el plan maestro de Zayn para desestabilizar a la familia de Roman. Algo que es más complejo que tener un combate y ganar los títulos.
Roman puede tener miedo si empieza a perder a sus hombres más leales. El juego psicológico es un factor muy importante y Roman le ha abierto las puertas a Zayn. Ya no es miembro honorífico, pero todavía no ha hecho daño a Jey que se iba sin querer mirar el ataque.
Debe decidir entre uno y otro. No hay ni bien ni mal. Está en medio y todos quieren que demuestre empatía. La decisión que tome va a marcar el porvenir de toda la WWE, ya que el limbo en el que se encuentra influye en la cara de la empresa y el hombre más querido.
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