Esta semana en la que podemos decir que va a ser la semana más intensa de lucha libre en lo que llevamos de año y probablemente de muchos anteriores. Comenzamos una semana intensa en la que se ha superado la última edición previa de Raw. El día siguiente ha sido la aclamada Hall of Fame, pero la polémica está servida con este pequeño evento de reconocimiento a los luchadores que han demostrado lealtad a la empresa y reciben un premio por su trabajo y esfuerzo.
Año atípico con el HOF
Es cierto, con la pandemia de la Covid-19 se ha tenido que retrasar para este año donde se han juntado dos ediciones en un mismo año. El Hall of Fame estaba programado para exaltar a varios luchadores ya famosos y mundialmente conocidos por toda la comunidad. Nombres como el de Bella Twins, Kane, RVD, Eric Bischoff…
Muchos más luchadores que han demostrado tener las capacidades suficientes para complacer a la empresa y completar los requisitos fundamentales para poder recibir este ansiado galardón. Pero no todos los que lo merecen lo han recibido, son muchas figuras aún las que no lo han recibido, ya sea porque la empresa no ha querido, un despiste pero aún no lo han hecho.
Las sombras del Hall of Fame
Por algo se habla de sombras. Desde hace unos años atrás, ha surgido una tendencia de crítica hacia este evento sucedido cada año. Esa crítica se fundamenta principalmente en la publicidad y algo que se puede catalogar como comercial. Un evento de prestigio que sirve de autoabastecimiento para luchador y la empresa.
No nos habremos cansado de leer como la mujer de Owen Hart se niega a que admitan a su marido porque realmente no tiene ningún beneficio real después de obtenerlo. Es algo simbólico, el caso más claro es el del luchador categoría R. El cuál recibió su galardón y ahora lucha de forma activa, como Goldberg.
Otros, como no han podido tener recambios han utilizado a la misma persona en dos ediciones distintas. Han dado dos veces el galardón a alguien como Ric Flair. Un icono para toda la lucha libre, pero que no merece tener uno más que los demás. Al igual que aquellos que no lo reciben, que no parezca que su recorrido no ha servido para que la empresa pudiera tener mayores competencias.
Es importante reconocer el trabajo a toda buena super estrella. Pero algo simbólico puede servir de pretexto para que surjan tensiones entre las personas que no lo reciben. Al igual que hay gente que lo tiene bien merecido, hay otras que por cuestiones personales o políticas de bienestar de la empresa no han recibido una llamada para ir a recoger el suyo. Es un gesto que busca brindar a los aficionados de disfrutar a las generaciones pasadas de nuevo. Pero con un control, y teniendo en cuenta las consecuencias.
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